San Agustín
San Agustín
San Agustín
El primer filósofo cristiano
Nació en Tagaste, Argelia en el año 354.
Probablemente San Agustín de Hipona (lugar donde murió y ejerció como obispo) fue un bereber romanizado.
Su búsqueda de la verdad fue una constante en su vida, aunque estuvo al principio lejos del cristianismo. Llegó a tener un hijo. Tras los continuos rezos de su madre Santa Mónica por su conversión, y los sermones de San Ambrosio, San Agustín finalmente preguntó a la Biblia y ésta le respondió:
“Andemos decorosamente como en pleno día, no en comilonas ni borracheras, no en fornicaciones ni desenfrenos, no en rivalidades ni envidias, sino revestíos del Señor Jesucristo” (Rom. 13,13)
“No quise leer más. Al terminar de leer esa frase sentí en mi corazón como una luz de serenidad que disipó todas las tinieblas de mi vacilación” (San Agustín)
Se considera el primer filósofo importante de la Iglesia.
Fue Padre de la Iglesia, junto con San Ambrosio, San Jerónimo de Estridón y San Gregorio Magno, los cuatro padres de la Iglesia latinos.
Su obra es muy extensa, destaca Confesiones, Retractaciones y La Ciudad de Dios.
Escribió de muchas cosas: ética, fe y razón, lucha contra las herejías de la época, política..., e incluso de ciencia.
Por ejemplo, fue el primero en decir que el espacio y el tiempo fueron creados a la vez, adelantándose 1500 años a Einstein. Igualmente aceptó ya algún tipo de teoría de evolución, al decir que Dios pudo servirse de seres inferiores para crear al hombre.